domingo, 17 de mayo de 2015

No tenían muchas cosas en común, sus edades eran distintas, sus maneras de caminar no coincidían. Nunca pensaban igual, tenían ideas muy diferentes. Él era dueño de sí mismo, ella era una niña insegura. Sin embargo, sus manos parecían haber sido hechas como piezas exactas para encajar una con otra, con los dedos entrelazados y mirando a la misma dirección.


Instagram: @AniittaCastilloo

No hay comentarios:

Publicar un comentario